sábado, 9 de enero de 2016

Me lo dijeron mil veces, pero nunca quise poner atención...

Para todos los habitantes del planeta, es meramente probable que nos fijemos en ciertos detalles y con ello emparejamos nuestras sensaciones con la pareja que tengamos... ¿Lo que nos une son las sensaciones que nos producen los pequeños detalles?

O... Solamente la idea de que nos produce satisfacción ciertas respuestas.



¿Nos conformamos con poco? ¿Exgimos bastante al que nos acompaña? ¿Somos justos? ¿Nos lo merecemos?


Yo creo que si llegamos a este punto de insatisfacción con nosotros mismos...Entonces, y sólo entonces...Nuestra relación se está quemando.





Creo que una buena relación, sea de la índole que sea no lleva argumentos, ni traslados, ni liquidaciones...FLUYE.


Animo a más de uno y una moz@ a que conjugue el verbo para sí mismo.


Al igual que pensamos en cómo juntarnos y conocer, y apretar una relación como si fuera una naranja mañanera...También hay que profundizar en por qué nos seguimos preguntando por esa persona que "no nos importa"..."hemos dejado de hablarla porque nos ha salido del guajo"

O simplemente, la relación se acabó.

Lo que dice la Portman siempre, si no te vas a comer el plato...NO LO CALIENTES.


Así con todo.



martes, 5 de enero de 2016

Confundir a Baltasar con el negro del whatsapp


 Yo no tengo nada contra el matrimonio, de hecho, cuando nací mis padres estaban casados y ni me enfadé ni les dije nada. Otra cosa es cuando siguieron, y no se aguantan, pero ahí lo llevan 30 tacos ahí, al pie del cañón...Que ya sooooon ganas...

El caso es que en la mayoría de los tíos, y es en cuanto menos que las titis no se quedan cortas en esta sensación... Está de moda, TENER MIEDO AL COMPROMISO.

 ¿para qué sirve el compromiso? ¡Para tener derecho a enfadarse!

 Porque mientras somos amigos todo va bien. 

Llegas tarde de tomarte una caña con los amigos, y él no se enfada...Ni ella, porque te vayas con dos universitarias que hace 3 meses que no ves, y una lleva implante de pecho...No, Noooo paaasa nada...., sólo sois amigos.

    Pero en cuanto te comprometes, ¡hala, broncas a todas horas!

 Y empiezas a tener conversaciones con ella/Ël, de este tipo:

    - ¿Qué quieres?
    - Que estoy aquí abajo...
    - ¿Has visto que hora es?
    - Sí, pero es que...
    - ¡Ni es que, ni asco! ¡La próxima vez, si vas a venir tan tarde, déjalo!

    Y tú, a tragar, como estás comprometido/A.

En el caso de los tíos es más común...

 tú conoces a una chica, te cae bien, es guapa... y como parece que no lleva malas intenciones, 
que aquí sólo están las intenciones tuyas, que quede claro...Si una tía que tal, se te pone a huevo, es porque ella quiere ponerse a huevo, no hay más....ahí juegas tú chavalín....Total... que te olvidas y decides salir con ella. 
Al principio no hay problema, pero de pronto empiezas a notar cierta presión: estáis echando un kiki, ¡un kiki sin compromiso!, y, sin venir a cuento, la tía te suelta:


    - Te quiero, Jorge
    ¿Qué ha dicho? ¿Qué me quiere? ¿Pero yo que le he hecho a esta tía?
 ¡Son ganas de joder! En ese momento se ta baja el alma a los pies .
 Bueno, el alma y... todo lo demás.

    Es que no lo puedo evitar, me pasa con todas. Yo cuando termino de echar un polvo, quiero que se vaya. Para un tío, el polvo perfecto sería: "¡Ya!, ¡ya!, ¡yaaaa! Ya te puedes ir" Pero como sabes que no está bien, te aguantas y ella se queda toda la noche hecha un ovillo, a tu lado. Y tú encima tienes que fingir que estás encantado.
    - Qué a gustito que estamos aquí los dos.
    - Sííí, muy a gustito...
    Pero piensas: "¡A gustito me voy a quedar cuando cojas la puerta"! Y al rato:
    - ¿Jorge, me puedo dar una ducha?
    - Sííí, dúchate, dúchate... -y te acuerdas de Psicosis.

    Esperas que después de la ducha se vaya pero ¡se pone a preparar el desayuno! Yo entonces empiezo con las indirectas:

    - ¿Quieres leche en el café?
    - No, yo el café siempre lo tomo ¡SOLO!
    - ¿Y cómo te gusta?
    - ¡LARGO!
    - ¡Ay! ¿No tienes Donuts?
    - No, pero bájate a la panadería ¡Y QUE TE DEN!

    Y antes de irse te dice:

    - ¿Me acompañas esta tarde, que voy a castrar al gato?

    Es para acojonarse. ¡Ya está intentando planificarte la vida! esta tarde a castrar al gato... Y después el fin de semana en Pedraza. Y el verano en Cullera. ¡Hay que pararla!

    - Mira, Alicia, yo es que soy anti-castración, así es que, si eso, ya nos vemos por ahí..


    Pero el caso es que a media tarde te acuerdas de ella... y del kiki, y dices: "Pobrecilla... ¡Voy a llamarla a ver cómo está el gato!"

    - ¿Alicia? No, que como soy anticastración quería saber cómo está el gato... Tranquilízate, mujer, eso que no ha echado la anestesia... Lo sé porque a mi me operaron de fimosis, que no es lo mismo, pero está cerca... Oye, hablando de fimosis, ¿quedamos esta noche?

  Y así seguimos, y luego nosotras también nos seguimos preguntando... "¿Qué he hecho? ¿Estoy gilipollas? He vuelto a quedar con él!, que seguro que está en una página de contactos, o tiene a 3000 en el whatsapp, todas ellas con pintalabios y tetas en la foto...


    Lo que pasa es que te vas liando, te vas liando... Y al final pasas el fin de semana en Pedraza. Y el verano en Cullera. 

Y casi sin darte cuenta, ¡te presenta al gato y a sus padres!

    El caso es que nos da miedo al compromiso, por las esperanzas que pusimos en el pasado.

La Portman ha cambiado de año, y todos vosotros... Dicen que cuando se cierra una puerta se abre una ventana, esto depende del piso...Está claro.

El caso es que no confundamos a Baltasar con el negro del whatsapp, 

y sepamos disfrutar de la vida con lo que se nos presente.

HE DICHO